domingo, 30 de septiembre de 2012

JOE LYNN TURNER Y WALTER GIARDINO TEMPLE (TEATRO EL COLONIAL Y TEATRO VORTERIX, 28 Y 29/09/12)





El show del viernes en el Teatro el Colonial (Avellaneda) comenzó alrededor de las 22 horas con un recinto colmado de espectadores. Allí se dieron cita los fanáticos de la gran familia Purple (con todas sus variantes y afines), para escuchar a quien en algún momento fuera cantante de esta tremenda banda, como asimismo de Rainbow e Yngwie Malmsteen.

Primero fue el turno del guitarrista Walter Giardino que, con su proyecto Temple, salió al escenario acompañado por Javier Barrozo en la voz, Pablo Motyczak en el bajo, Danilo Moschen en los teclados y Fernando Scarcella en la batería. 

El juego lo abrieron con temas de la talla de “Cacería”, “Sobre La Raya”, “Corte Porteño”, “Azul Y Negro”, “La Danza Del Fuego” y “Héroe De La Eternidad”, temas más que aplaudidos y ovacionados por todos los fans, y en los que Javier Barrozo se lució como nunca. 

Luego de este precalentamiento de motores hubo unos breves minutos de impasse hasta la salida de quien todos estábamos esperando, Mister Joe Lynn Turner que, con un derroche de energía y virtuosismo, arrancó la velada al ritmo de “Death Alley Driver” y “Can’t Happen Here”, para dar paso a “I Surrender”, “Spotlight Kid” y “Street Of Dreams” (todos de su época en Rainbow). 

A esta altura de los acontecimientos y con un público totalmente enfervorizado, arremetieron con dos clásicos de Deep Purple al hilo: “Perfect Strangers” y Pictures Of Home”, para continuar con dos más de Rainbow: “Can’t Let You Go” y “King Of Dreams”. 

Como no podía faltar, se vino la mención al entrañable Ronnie James Dio acompañada de “Man On The Silver Mountain”. Le siguió un tema del álbum Fireball, de Deep Purple que, sin entender demasiado por qué fue incluido en el setlist, igualmente disfrutamos. Me refiero a Demon’s Eye, canción que originalmente fue grabada por el cantante Ian Gillan.

Ya promediando el show, “Deja Vu” dio testimonio de su paso junto a Malmsteen y ese pedazo de disco que resultó “Odyssey”, para ir cerrando a toda orquesta y bien en alza con “Long Live Rock 'n' Roll” (de Ronnie Dio).

La banda se retiró unos minutos y volvió con los bises. Para la ocasión, eligieron “Highway Star” y “Burn”, este último interpretado a gusto y piacere por quienes, más que sonar como una banda en su totalidad, lo hicieron a modo de suma de individualidades. Fue la única pieza en la que se notaron serios desajustes pero, más allá de este percance, tanto el show como la puesta en escena estuvieron de primera.

Luego del show de precalentamiento la noche anterior en el Teatro “El Colonial”, en un marco acorde a la propuesta, se vivió una velada en la que los amantes del hard rock y metal clásico se dieron cita ante el convite que Walter Giardino (profesional como de costumbre) ofreció a lo largo de cerca de dos horas de show.

El juego lo abrió con Temple que, a lo largo de poco más de 30 minutos, recorrieron parte de su material editado con los mismos temas que la noche anterior. A esta altura, era evidente la buena vibra que iba y venía desde el escenario hacia el público y viceversa, en un set en donde Javier demostró una vez más los kilates que posee como cantante, tan a la altura de esta puesta en escena que Giardino, en especial, debe haber disfrutado plenamente. Del resto de su banda poco queda para agregar que ya no se haya dicho, suenan ajustados, ensamblados y lo demostraron una vez más, incluso con el invitado para la ocasión (Joe Lynn Turner), quien fuera el tercer cantante que tuvo Rainbow y con quien más se acercó Ritchie Blackmore al mercado americano, algo un poco más orientado al A.O.R. (“Adult Oriented Rock”). 

Con su clásico look y enfundado en sus gafas negras, Turner abrió con “Death Alley Driver” y “Can't Happen Here”, y ya a esta altura se evidenciaban algunas certezas. En primer lugar, que el cantante estaba tan en forma como hace años. En segundo lugar,  lo alto y nítido que estaba la guitarra de Walter. Y en tercer lugar, que el Vorterix no termina de convencer en lo que a sonido respecta (a través de distintos shows presenciados ahí, se nota desde atrás que el mismo es algo para mejorar, y en eso nada tienen que ver los géneros musicales o las bandas en particular). 

El resto de la noche aconteció como su antecesora, a diferencia de que en esta vuelta  incluyeron “No One Came“ (Deep Purple). Para culminar, creo que fue una buena y clásica fiesta de los ´80, tanto de músicos como de público en general, y con Giardino Temple evidenciando estar a la altura de semejante propuesta. Eso sí muchachos… a “Burn” la escuchamos hasta en los fideos!!!

Por Alejandro Barcos y Valeria Vizioli

sábado, 22 de septiembre de 2012

ENTREVISTA A GUSTAVO ZAVALA DE TREN LOCO


1) En primer lugar me gustaría que nos cuentes cómo fueron tus comienzos musicales, que nos hables un poco del contexto en el que surge tu música y de la repercusión que tuvo allá por los ‘80.

Gustavo Zavala: ¡Hola! Muchas gracias por recibir al “Tren” en tus páginas. Mirá, los inicios son los de cualquier banda de barrio del conurbano con recursos cero, hijos de gente de clase trabajadora lejos de la capital, la gran ciudad, donde no se conseguían ni cuerdas para bajo. Había que viajar a Buenos Aires, estábamos en plena dictadura militar y el heavy metal era mala palabra. O sea todo mal. Si tocabas heavy no te dejaban armar fechas en muchos sitios sólo por el estilo de música, pero había algunos fanzines y unos pocos programas de radio. Éramos pocos y pobres pero con unos sueños inmensos, muchas ganas y sobre todo coraje, ganas de aprender y de divertirse tocando.

2) ¿Cómo creés que ha evolucionado Tren Loco, musicalmente hablando, desde sus principios hasta hoy?

Gustavo Zavala: Es día a día y a través de estos primeros 22 años que la curiosidad por aprender y conocer nuevas situaciones te llevan a evolucionar profesionalmente bien. Creo que disco a disco fuimos creciendo, eso se nota en la textura musical y las letras. 

3) Como todos ya sabemos (o al menos nos imaginamos), la escena nacional tuvo un antes y un después de la tragedia de Cromagnon, allá por el 2004. ¿De qué manera creés que estos hechos afectaron a las bandas argentinas? ¿Considerás que a partir de ese episodio hubo un cambio positivo en la escena nacional?

Gustavo Zavala: Hubo dos situaciones: la primera, cerraron un lugar maravilloso como Cemento, donde muchas bandas como Hermética, Divididos y Los Redondos (entre otras) se iniciaron. Y la segunda tiene que ver con el método monopólico del gobierno de la ciudad que cerró todos los lugares en su afán de hacer una Buenos Aires sólo apta para bandas de afuera y un público turista. O sea, las bandas metaleras no entraban en esa nueva situación, pero no nos rendimos, tomamos la decisión de ir a tocar a las provincias y a Latinoamérica, así que mal no nos fue. De todas formas, la tragedia de Cromagnon pudo ser prevenida y evitada, por eso estamos con la Unión de Músicos Independientes (UMI) y muchísimos músicos trabajando para que se promulgue una ley de la música. Ojalá salga por el congreso este año.

4) Damos vuelta la página para adentrarnos en otro de tus placeres. Además de ser músico sos un ávido lector. ¿De dónde viene tu pasión por la lectura?

Gustavo Zavala: Siempre fui muy curioso, así que seguramente mi amor a la lectura viene de ahí. Me parece que la lectura es maravillosa, ya de chico viajaba en el tiempo y el espacio leyendo las aventuras de Julio Verne, Edgar Alan Poe, H. P. Lovecraft, y otros. 

5) ¿Y en cuanto a la escritura? ¿Cuándo comenzaste a escribir cuentos?

Gustavo Zavala: Al leer uno aprende a manifestarse. Al escuchar aprende a hablar, y al leer uno aprende a escribir. Ya de chico me gustaba escribir letras de canciones, así que es la misma pasión la de escribir, y me gusta mucho leer cuentos. 

6) En estos momentos además de formar parte de Tren Loco, estás despuntando el vicio con La Bestia. ¿Cómo fue tocar con Paul Di’Anno?

Gustavo Zavala: Es maravillosa la aventura de tocar con un tipo como Paul Di’Anno. Para mí que ya escuchaba allá por 1981 o 1982 esos discos de Maiden, fue una oportunidad que me regaló la música el poder compartir una gira por Chile, Uruguay y 14 provincias argentinas. Fue muy emocionante hacer el papel de Steve Harris (risas).

7) Podríamos decir que sos un artista completo y un hombre lleno de ideas. ¿Cómo se te ocurrió editar el “Metal for Babies”?

Gustavo Zavala: Al nacer mi hijo Dante se me ocurrió que no había buena música para bebés y menos para que se duerman y descansen, sólo música de los Teletubbies, Floricienta, Panam, Barney, y toda una sarta de estupideces que no creo sea lo ideal para un ser humano (risas). Allí se me ocurrió que la música que amo la pueden disfrutar los más chiquitos, pero claro, acorde a las frecuencias suaves de sus pequeños oídos (risas). El Metal For Babies, te afirmo, es un invento argentino, a nadie en el mundo se le había ocurrido hacer música de heavy metal para bebés, así que me siento orgulloso de mi aporte a la cultura y de que la terminen disfrutando tanto los pápas, las mamás y sus hijitos. (risas).

8) Y para ir cerrando, este año salió el “Iron Babies”. Imagino que no habrá sido tarea sencilla elegir entre tantos temas de Maiden. ¿En qué te basaste para incluir las 16 canciones que componen este CD?

Gustavo Zavala: Ah es maravilloso el universo musical de Iron Maiden, así que no es tan difícil escoger una lista de canciones. Para mí y para un fan de Maiden todas sus canciones son himnos.

Por Valeria Vizioli

LEFOU: "Sueños Encerrados"


Este es el primer larga duración de Lefou que data del año 2009 y está compuesto por ocho temas propios, totalmente cantados en castellano. El comienzo es a todo vapor con “Libertad Esencial”, tema pesado, de un hard rock rápido y agradable, seguido por un tema que ya se perfila como clásico de la banda. Me refiero a “Moramay”, más a media marcha pero muy, muy pegadizo, en donde la voz de Pol Giménez Agüero demuestra cómo hacer bien el oficio.

El cuarto lugar es de “El Caminante”, tema muy trabado en donde la banda se luce a pleno, la guitarra de Adrián Reynoso marca la marcha al frente y la base de Oscar González y Pino Pueblas (bajo y batería, respectivamente) nos hacen mover el pie sin pensarlo. Le sigue “Si se Abrieran las Aguas”, en el que se aumenta un poco la velocidad para ofrecernos una pieza de coros muy pegadizos. Llega el turno de “De la Vida Misma”, balada de rigor que, aunque sea la composición más larga del disco, no empalaga.

Casi finalizando el lp llega el tema que le da nombre, “Sueños encerrados”, también a media marcha, al igual que “Sintiendo sombras”. Y el cierre está a cargo de “Hijo del Sol”, otro tema a máxima velocidad que no podés dejar de corear. En resumen, se trata de un disco de muy buen gusto y calidad compositiva y musical que los fans de Whitesnake y del hard rock clásico van a más que disfrutar.      

Por Martín Acha

DOMINATION: "Testimony"



Gracias a mis ya clásicas recorridas por el under local, la gente de Domination, cuarteto formado por Denis Kormakov (guitarra y voz), Javier Díaz (guitarra y coros), Ariel Orsi (bajo y coros) y Pablo Martínez (batería y coros) me entregaron un adelanto de lo que será su primer disco Testimony.

Dicho CD abre con “Follow the Beat of your Heart”, tema rápido, con un impecable trabajo de Denis en las voces y unos coros muy pegadizos. Le sigue “The Mission”, gran tema a media marcha, con muchos arreglos de las guitarras, y algunos cambios de ritmo muy interesantes.

“My Last Regret” es el tercer tema y último propio de este cuarteto, muy en la línea de lo que viene siendo el disco, velocidad, coros pegadizos y cambios de ritmos que nos llevan de la tormenta a la calma. Por último, una gran versión del clásico de Metallica, “Master of Puppets”, cierra este trabajo 100 por ciento metalero para sacudir las cabezas y agitar los brazos. 

Por Martín Acha

lunes, 17 de septiembre de 2012

MEGADETH en Buenos Aires - Estadio Malvinas Argentinas 13 y 14/09/12


Tuvo muchos condimentos especiales esta enésima visita de Megadeth a su “patria chica” que, incentivada por el tour conmemorativo del 20º aniversario de Countdown To Extinction y adobada por el repaso al memorable Peace Sells, era sin dudas algo tentador. También había cuentas pendientes por la anterior visita en la que presentaron Thirteen (los que estuvieron saben de qué hablo), algo que por lo visto el jueves 13 en el Malvinas, fue ampliamente saldado. El cotillón  entregado al ingresar por el staff, que consistía de globos a ser inflados por el espectador, fue también un indicio de que sería una noche especial para Mustaine (su cumpleaños no pasó desapercibido en absoluto para el colmado estadio).

Cual “Fútbol De Primera”, la pantalla central (había tres en el escenario) mostraba a los músicos en el backstage rumbo al escenario y así, al toque y sin intro arremetieron con “Trust”, ya con las tres pantallas a pleno que intercalaban clips o escenas del show. Con este tema, se daba comienzo a esa velada única que se gesta cada vez que “La Sinfónica” está en “su” casa.

A medida que escuchaba uno tras otro “Hangar 18”, “She-Wolf”, “Wake Up Dead”, “I Ain't Superstitious” y “Devil's Island”, noté que la voz por momentos era imperceptible, y no por problemas de sonido, ya que el Colorado tiene ese particular estilo para cantar. Le siguieron “Never Dead”, “Whose Life (Is It Anyways?)” y “Public Enemy No. 1” para ir pagando lo debido, algo que siguieron haciendo cuando desgranaron “Skin O' My Teeth”, “Symphony Of Destruction”, “Architecture Of Aggression”, “Foreclosure Of A Dream”, “Sweating Bullets”, “This Was My Life”, “Countdown To Extinction”, “High Speed Dirt”, “Psychotron”, “Captive Honour” y “Ashes In Your Mouth” (de lo mejor del disco) de un Countdown... que los grandes recordamos bastante del show que ofrecieron en el Estadio Obras en el ´94 (con el brillo que Menza-Friedman le aportaban, algo que Megadeth hasta hoy no recobró, cualidades al margen de Drover y Broderick) y que los catapultó a un nivel superlativo más allá del thrash.

Para finalizar, “A Tout Le Monde”, “Peace Sells” y “Holy Wars... The Punishment Due” fueron una clara muestra de lo que Megadeth significa, algo así como íntimo, con bastante rebeldía y mucha contundencia, graficado con la torta en el saludo final,  acercada al escenario por dos señoritas mientras se arengaba al público a cantar nuevamente el feliz cumpleaños y que Mustaine, con su gesto típico y desenfadado revoleó a los fans.

El viernes Mustaine & company se volvieron a presentar ante un estadio colmadísimo de gente. Alrededor de las 21 se apagaron las luces y, pantallas encendidas mediante, los músicos salieron a comerse el escenario. Al igual que el día anterior, la fiesta arrancó con “Trust”, de su placa Cryptic Writings, seguido de “Hangar 18” y el infaltable “A Tout le Monde”. Cuando el público ya había entrado en calor y se encontraba en su mayor esplendor, arremetieron con “Whose Life (Is It Anyways?) y “Public Enemy Nº 1”, ambos de su álbum Thirteen, para dar paso a lo que finalmente todos esperábamos: el comienzo de Countdown… 

Como estaba pautado, hicieron el disco entero, alterando un poco el orden de los temas (de todas formas, permítanme agregar que en este caso se aplica más que nunca la reconocida frase “el orden de los factores no altera el producto”).

Cabe recordar que, si bien la noche anterior se celebró el cumpleaños número 51 de Dave, no por ello los fans le negaron un nuevo “Happy Birthday”, arrojándole banderas de las más diversas y gritando al son de la música lo mucho que lo querían y admiraban.

En resumidas cuentas, las fechas fueron un éxito contundente. El sonido estuvo a la altura de las circunstancias y los temas sonaron mejor que nunca. Para redondear, ¡deuda saldada muchachos! 

Por Alejandro Barcos y Valeria Vizioli




miércoles, 12 de septiembre de 2012

MALACARA en Speed King





El sábado 1º de septiembre me acerqué a Speed King a disfrutar de una noche a puro metal, ofrecida por los hermanos de Malacara.

Ya abastecido con mi cerveza me dediqué a disfrutar del primer bombazo de la banda, tema que le da nombre a su último disco Saltando Barrancos, seguido de su ya más que clásico “Ángeles Sucios” y pegadito uno que se perfila para ser un infaltable, “Ángel Vengador”, en el cual el cuarteto de Gustavo Arambich (batería), Omar Saavedra (bajo y coros), Marcos Bellardinelli (guitarra y coros)  y Jorge Chiossoni (guitarra y voz) desplegó todo su talento y poder.

El momento de la primera sorpresa llegó con el cuarto tema, uno que como dijera Jorge, no necesita presentación: “Somewhere in Time” (por las dudas te comento que es de Iron Maiden), tema que me sorprendió gratamente por la más que ajustada y correcta vocalización de Chiossoni.

Sin bajar la temperatura le siguió “Mercader”, para que la gente que se acercó siguiera sacudiendo cabezas y agitando puños. Bajando un poco los cambios se vino “Guerrero”, más a media marcha, pero como segundo regalo se despacharon con “Concierto (para ellos)”, de los españoles Barón Rojo, y otro de sus clásicos de siempre “Escorpión”.

Para cerrar la noche, en lo que podríamos llamar bises, la banda nos dedicó otro himno (y van…) “Para aquellos que están en el metal”, y para finalizar una noche a puro metal y hermandad de los allí presentes, “Su Señoría”.

Solo resta decir, por Crom, que viendo bandas como esta no nos queda nada que envidiarles a los de afuera. Puro poder y talento, gracias Malacara.

Por Martín Acha

domingo, 9 de septiembre de 2012

ETERNO RETORNO: Ya salió el nuevo disco de Montreal


Eterno Retorno es el cuarto disco de estudio de Montreal, cuyo resultado es el producto de un intenso y meticuloso trabajo y de la conjugación de fuerzas, ganas, habilidades y sobre todo mucha garra por parte de sus integrantes Claudio Vattino (voz), Gustavo Ruben (guitarra), Gustavo Acosta (bajo) y Matías Pena (batería).

El CD cuenta con 11 temas más 2 bonus track. “Volviendo a Empezar” es el elegido para dar un comienzo bien arriba y por demás poderoso, anticipándonos a aquello que vendrá a medida que transcurran las pistas. “Adrenalina” es uno de los temas más gancheros de este álbum; personalmente creo que tiene todos los ingredientes para convertirse en otro de los clásicos de la banda, al combinar casi a la perfección los sonidos de cada instrumento sumado a una letra que acompaña con mucho feel la composición musical.

Para bajar un poco los decibeles en tercer lugar suena “Ángeles”, tema dedicado a las familias de las víctimas fallecidas en la tragedia de Cromagnon (2004). Sin ánimos de tomar partido político, lo que se propone Montreal a través de la letra es narrar y transmitir el dolor, la injusticia, la impotencia y la impunidad de este hecho trágico que marcó un antes y un después en la República Argentina. A continuación le sigue “Escapando al Dolor”, con toques más metaleros y en el que se pueden apreciar los riffs de la guitarra en manos de Gustavo Ruben. En sintonía con el tema anterior, llega el turno de “La Leyenda de la Bruja Negra”, pieza con tintes más bien oscuros y en la que pueden apreciarse algunas influencias de bandas como Black Sabbath.

Nuevamente es el momento de bajar un cambio y aquietar cabezas y para ello nada mejor que “Seis Esmeraldas”. Esta es, quizás, una de las obras maestras del álbum. La letra fue escrita por Claudio Vattino y está especialmente dedicada a su padre y a sus hijos. (Lamentablemente para aquellos que no saben, Claudio ya no está entre nosotros para cantarla en vivo pero su voz ha quedado inmortalizada no sólo en el disco sino en las mentes y en los corazones de quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo y compartir parte de nuestras vidas con él).

En el séptimo lugar se encuentra “Harto de la Oscuridad” para transmitir energía pura y demostrar, una vez más, que la principal virtud de Montreal es la creación de buen heavy metal. Le sigue “El Convidado de Piedra”, tema que ya venían presentando en vivo como adelanto de Eterno Retorno.

Promediando el CD suena “Resurrección”, el cual comienza con un cálido solo de guitarra para luego introducir la impecable voz de Claudio. Es un tema medio tiempo en el que se aprecia a cada uno de los músicos desplegando todas sus artes. Por último, la banda nos deleita con “En la Ruta Otra Vez”. Musicalmente hablando, una vez más, vuelve la oscuridad y el lado más sombrío de esta formación. En mi opinión, creo que no podrían haber elegido un tema más acertado para el cierre de este disco. Y para el flechazo final, en los bonus track encontramos dos versiones alternativas de “Adrenalina” y “Seis Esmeraldas”; este último acompañado por la melodía de unos suaves teclados.

Me gustaría concluir con un par de opiniones y comentarios que, desde ya, pueden o no ser compartidos por quienes lean esta reseña. En primer lugar, creo que Eterno Retorno es el trabajo más elaborado de Montreal y con el que verdaderamente se terminaron de consagrar (si es que ya no lo habían logrado) como una de las bandas under más influyentes de la escena porteña. En segundo lugar, considero que la calidad del sonido logrado en los estudios de Axel Sierra Bas es de primera y se ha conseguido gracias a un arduo y meticuloso trabajo por parte suya y de la banda. En tercer lugar, merece mi total reconocimiento el apoyo de Fabián de la Torre, quien confió en todo momento y nunca dejó de tener puesta la camiseta de Montreal. Asimismo quiero agradecer a Gerardo Abbenante, quien participó como músico invitado en los teclados, y a todos aquellos que, de una u otra manera colaboraron e hicieron posible que este álbum viera la luz.

Por último, debo confesar que no he podido evitar derramar alguna que otra lágrima mientras escuchaba el disco y escribía estas líneas. Quiero dedicarle la reseña especialmente a Claudio Vattino, esté donde esté, para que sepa que sus largas horas de dedicación, ensayo y composición han dado su fruto y son hoy el orgullo de todos los que lo admiramos.

Por Valeria Vizioli