lunes, 20 de julio de 2015

CLUB DE LA MUERTE Volumen XV - Roxy Live 15.07.15

"Pato" Larralde
J. B. Larralde

Hernán Zicarelli

Claudio Fazio

Sauron

Sauron

Sauron

Sauron

Sauron

El pasado miércoles 15 de julio se llevó a cabo una nueva edición del Club de la Muerte, ciclo mensual organizado por Banda de la Muerte en el que se congregan diversas bandas para hacernos vivir una experiencia diferente, cuya propuesta me resultó bastante interesante y diferente a otros festivales a los que suelo concurrir.

Hërpes fue la encargada de dar comienzo a la XV edición del Club de la Muerte. Esta banda oriunda de la ciudad de Buenos Aires, a mi criterio difícil de encasillar dentro de un estilo musical concreto, dijo presente y salió a patear cabezas con sus clásicas capuchas negras. Sonido crudo, distorsión y mucha actitud resumen en pocas palabras la puesta en escena de esta formación que se presentó en un recinto con bastante cantidad de público por tratarse de un día de semana (lo que confirma que cuando hay ganas de disfrutar, no hay excusas ni pretextos que valgan).

El telón se cerró para dar paso a Sauron, banda comandada por el grandioso Pato Larralde, cuya sombra es inconfundible y su sola presencia es sinónimo de que lo mejor está por venir. Con su clásica botella de vino tinto en mano y sin rodeos, arrancó con una aguerrida versión de “Madura el Limón”. Guitarras ajustadísimas a cargo de J. B. Larralde y una insuperable base de bajo y batería a cargo de Hernán Zicarelli y Claudio Fazio, hicieron que la banda sonara por sí sola.

Si el primer tema nos puso en clima, “La Luz Mala” fue un golpe directo a la cabeza. La oscuridad que transmiten las letras y los sonidos de cada uno de los instrumentos ejecutados, sumados al particular timbre de voz y actitud de tamaño frontman arriba del escenario, es una experiencia que merece ser vivida en vivo y en directo, y no contada en unas breves líneas por quien suscribe.

“El Color que cayó del Cielo”, “Niño Lobo” y “Conjuro” fueron los elegidos para continuar con este breve pero intenso set list. Y cuando digo breve me refiero a una cuestión meramente sensorial y perceptiva, no tanto en cuanto a tiempo físico respecta, ya que Sauron nos deleitó con nueve de sus mejores temas, luciéndose en el escenario a fuerza de calidad y pura pasión por aproximadamente 45 minutos.

“Cruces” tiñó la noche al mejor estilo sabbathesco, con matices bien setenteros y una oscuridad casi impenetrable. Fueron varios minutos en los cuales la banda mostró su mayor crudeza en vivo, con luces tenues acompañando y ambientando un recinto colmado de espectadores atónitos ante tal despliegue de talento.

El infaltable “Pastor de Glew” de “El Último Árbol Sobre La Tierra (2012) sentenciaba un “¡¡¡Muerte a los Humanos!!!” con más furia y convicción que nunca, dando paso a “Mis Demonios”, un himno del álbum “La Guerra del Fuego” (2009).

Y para el final atesoraron una gema: “Humo Eléctrico”. En resumen, fue una contundente presentación la de Sauron en el Roxy, dejándonos satisfechos y con sed de más, como suelen hacer cada vez que suben a un escenario.

La frutilla del postre estuvo a cargo de Banda de la Muerte, organizadora de estos cada vez más convocantes ciclos conocidos como “Club de la Muerte”. Pasadas las 23 y con un recinto lleno, se abrieron los telones para que esta formación comenzara a desplegar todo su potencial.

Caracterizados por un sonido crudo y alternando entre la más exquisita velocidad y los repentinos medios tiempos, Banda de la Muerte aprovechó la ocasión para presentar temas de su nuevo disco “8894”. Para aquellos que creen que en materia musical ya está todo inventado, escuchen este interesante cóctel donde priman ingredientes hardcore con sonidos alternativos y tintes heavy metal.

Tres bandas afines, tres propuestas acordes en una sola velada para cortar la semana al medio y tres estilos caracterizados por la originalidad sonora, hacen que el saldo de esta fecha sea más que positivo. ¡A seguir dando cátedra, maestros!

Por Valeria Vizioli

martes, 14 de julio de 2015

El G.I.I.H.M.A y el Heavy Metal como objeto de estudio: Derribando Estereotipos


Tachas estuvo conversando con Emiliano Scaricaciottoli y Gito Minore, integrantes del Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre el Heavy Metal Argentino, quienes nos contaron cómo surgió la idea de armar este Grupo y cuáles son las actividades que realiza.

T: ¿Qué es y cómo surge el Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre el Heavy Metal Argentino?

E.S.: El Grupo surge como emergente de la I Feria del Libro Heavy de Boedo, en 2013. Gito y yo nos conocíamos de la facultad y ya habíamos publicado; en el caso de Gito, la biografía de Tren Loco, y en mi caso un artículo sobre las lecturas en Ricardo Iorio a partir de un trabajo más grande en la cátedra donde trabajo, en la Facultad de Filosofía y Letras. De ahí empezamos a cranear un libro de ensayos y a reclutar compañeros y compañeras que estaban laburando con el heavy desde diversas disciplinas. Por supuesto que el proyecto de escritura derivó en docencia, charlas, cine-debate, etc. Hoy podemos decir que somos el primer grupo que con un pie afuera y otro adentro de la institución universitaria está abordando, analizando, reflexionando y escribiendo alrededor de ese objeto que llamamos “heavy metal nacional”.

T: Este año presentaron en la Universidad de Buenos Aires "Evitando el ablande: una aproximación al heavy metal argentino como objeto de cruces" ¿Cómo consiguieron un espacio en la UBA para dictar el seminario?

E.S.: A punta de pistola. En este caso y contradiciendo a Iorio: “por razón de la fuerza”, como siempre parafraseamos. La Secretaría de Extensión de la Facultad ofrece el espacio con cursos abiertos y gratuitos. Más allá de ciertos requisitos ridículos y una burocracia prominente, llegamos. Junto a Oscar Blanco, que es docente de la carrera de Letras y compañero de laburo en Teoría Literaria III, armamos un libro que derivó en un seminario: Las letras de rock en Argentina. De la caída de la dictadura a la crisis de la democracia (1983-2001). Y ese seminario de grado nos permitió generar, también, un antecedente importante para desembarcar en Puán 480 con este curso. Esperamos el año próximo repetirlo porque fue un éxito.

T: ¿Con qué barreras se encontraron al momento de organizar este estilo musical como objeto de estudio académico?

E.S.: Las experiencias son diversas. Nosotros tratamos de imponerlo, de generar espacios dentro y fuera de la currícula universitaria, de los intersticios de los planes de estudio de las carreras para que la escritura implique, de por sí, hablar y escribir sobre heavy. En mi caso, de no haber sido por el espacio -como te contaba- que generamos con Oscar Blanco hubiera sido muy difícil. Lo cierto es que el canon de lecturas, fundamentalmente en la carrera de Letras, omitió históricamente las letras de rock (ya ni de heavy te diría) como un objeto legitimado. Pero tampoco necesitamos del aval institucional para legitimarlo. Ocupamos espacios, resistimos, escribimos. No hacemos papers, es decir, no generamos un abordaje con un simulacro cientificista para ganar becas. Esa no es la nuestra, apuntamos a otro lado, a la producción y en particular al ensayo, que es hoy en día el soporte de escritura que nos permite acceder al heavy nacional. Y creemos que la universidad es un lugar más, tan solo uno más.

T: El año pasado se llevó a cabo la segunda Feria del Libro Heavy en el Centro Cultural La Imaginería de Boedo. ¿Cómo surgió la iniciativa para realizar esta Feria por segunda vez y qué repercusiones tuvo?

G.M.: La idea fue seguir profundizando el trabajo realizado en la primera. El objetivo básico y fundamental de las ferias es darle visibilidad y mayor legitimidad a todo esto que hacemos que se podría englobar en el término pensamiento heavy o mejor dicho “Cultura heavy”. Además de hacerla por segunda vez en Buenos Aires la hicimos por primera vez en Mar del Plata y como si fuera poco, por primera vez en la Rural. El 27 de abril de este año gracias a la gente del stand Zona futuro pudimos tener un día para realizar una versión pequeñísima de la Feria pero que, gracias a la trascendencia del lugar, pudimos darle mayor notoriedad a nuestra propuesta. Las repercusiones tanto de la segunda feria como de las otras dos fueron increíbles. No solamente en cantidad de participantes, en lo cual hubo un crecimiento exponencial, sino también en cuanto ruido generado.

T: Y hablando de literatura, este año también han sido invitados a participar en la Feria del Libro que se organiza año tras año en La Rural. ¿Cómo fueron recibidos en ese espacio y cómo fue la experiencia?

G.M.: La verdad que muy bien. Los miembros de Zona Futuro fueron más que correctos y estuvieron muy enganchados con la idea ya que a ellos también les gusta el metal y eso suma un montón. La experiencia fue maravillosa, ya que el stand que es bastante grande se llenó, había incluso gente afuera observando. Gente que pasaba y no entendía nada. Incluso tuvimos que lidiar con un muchacho de seguridad que se presentó bajo el título de “Comisario de la feria” que nos obligó a bajar la música. Épico. Además de la experiencia tuvimos la suerte de salir y contar nuestra propuesta a grandes medios que (quieras o no) te dan un montonazo de visibilidad. Aparecimos en Clarín, Canal 7, Radio Nacional, Rock & Pop, incluso en los 40 Principales.

T: Por último, ¿Qué planes tiene el Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre el Heavy Metal Argentino para el resto de 2015?

G.M.: Seguir con el armado del libro que venimos preparando desde el año pasado. Seguir interviniendo en todos los espacios que podamos, llámese periódicos, radios, convenciones, ferias, etc. Y seguramente algún cine-debate más.


Por Valeria Vizioli

lunes, 6 de julio de 2015

SAXON - ARMORED SAINT y SEVEN WITCHES en B.B. KING BLUES CLUB & GRILL, NEW YORK 12.05.15

El B. B. King Blues Club & Grill es un clásico restaurante de estilo neoyorquino construido a principios de la década del 2000, amigablemente ambientado y con una capacidad para aproximadamente 500 personas. Por sus escenarios pasaron figuras de la talla de Aretha Franklin, James Brown, Alicia Keys, The Allman Brothers y ZZ Top, entre otras. Ubicado en el corazón de Times Square, es una de las visitas obligadas para cualquier mortal que visite New York City.

Era una tarde primaveral y calurosa en Manhattan. Bajo el sol radiante encaramos rumbo al BB King Blues Club & Grill, ansiosos de presenciar lo que sería una noche épica de heavy metal clásico: Saxon como número principal, acompañado por Armored Saint y Seven Witches. Ya estaba todo dicho.

Alrededor de las 19 horas entramos al bar. Puntualidad inglesa la nuestra, ya que la primer banda estaba anunciada a esa hora y no quisimos perdernos ni un solo acorde. Como dato de color, ni bien ingresamos nos preguntaron si preferíamos ver el show parados o sentados, dejándonos sin respuesta inmediata, ya que nos estaban invitando a presenciar el evento cenando o tomando unos tragos, algo atípico para nuestras costumbres metaleras en Argentina.

Efectivamente a las 19 comenzó Seven Witches, banda oriunda de New Jersey liderada por el guitarrista Jack Frost (Savatage, Metallium, Belladona), único miembro original de la formación actual y un personaje de gran trayectoria en el under americano.

Seven Witches
Salieron a escena interpretando "Fields of Fire" con algunos problemas de sonido en lo que respecta a la voz de Anthony Cross, inconveniente que afortunadamente se solucionó enseguida. Es de destacar el carisma de Jack Frost en el escenario, ya que no solo se desempeña increíblemente con su instrumento sino que arenga en todo momento al público, ganándose los merecidos aplausos y ovaciones. 

La banda hizo sus temas más clásicos y aprovechó la ocasión para presentar uno nuevo: "World Without Man", el cual formará parte de "The Way of the Wicked", nuevo trabajo discográfico que saldrá a la venta a mediados de año.

Para el cierre eligieron “Metal Tyrant”, último de los seis temas que la banda interpretó. Lamentablemente nos quedamos con sabor a poco, dado que su performance no llegó a la media hora, aunque privilegiamos la calidad sobre la cantidad y en definitiva nos llevamos una buena impresión.

Al finalizar Seven Witches el recinto ya estaba prácticamente colmado. La gente degustaba desde sándwiches de los más variados hasta unos exquisitos aros de cebolla, papas fritas o las clásicas ribs, mientras bebía cerveza y tragos bien vistosos, a la espera de uno de los verdaderos platos fuertes de la noche: Armored Saint.

A las 20 horas los californianos Armored Saint se hicieron presentes de la mano del novedoso "Win Hands Down", tema que da nombre al próximo trabajo de estudio de la banda, seguido de "March Of The Saint" para el delirio de los allí presentes, quienes con su headbanging y mosh vitorearon este himno. El set list recorrió las distintas épocas y del nuevo disco también presentaron un segundo tema llamado "Mess".

Armored Saint
Lo más llamativo de esta formación probablemente sea su cantante. El potencial de John Bush es inigualable. Este frontman de 51 años da cátedra cada vez que emite sonido, con su voz intacta y el carisma que lo caracteriza, el nivel de este hombre a la hora de cantar y moverse en el escenario nos hace pensar que el tiempo no ha surtido ningún efecto negativo en su persona.

En vivo, Armored Saint es sólida y contundente. Prácticamente con sus miembros originales (a excepción del ya desaparecido Dave Prichard), este quinteto conformado por Joey Vera en bajo (Anthrax, Fates Warning y Seven Witches), Jeff Duncan en guitarra y los  eternos hermanos Gonzo y Phil Sandoval en batería y guitarra, respectivamente, supieron brindar un show soberbio de una hora de duración.

Las perlas de la noche: "Win Hands Down", "March of the Saint", "Can U Deliver" y "Mad House"

Una vez pasadas las 21 horas, ya prontos para “devorarnos” el verdadero plato principal, la agrupación comandada por Biff Byfford salió a comerse el escenario. Saxon abría la noche con la primera fecha de su gira americana, tour en el que tienen programado unos 20 shows en 17 días, algo récord para estos señores que vienen rockeando hace décadas.

Saxon
Abrieron a toda maquina con su clásico "Motorcycle Man" seguido de “Sacrifice", tema que da nombre a su último trabajo de estudio. Si la presencia de Byfford con su cabellera blanca y su sobretodo oscuro ya es marca registrada, las arengas de Nibbs Carter indefectiblemente llevan a los fans a corear y poguear como si fuera la última vez.

La catarata de clásicos era imparable a medida que el show transcurría: “Power & The Glory”, “Heavy Metal Thunder”, “Crusader” y “Princess Of The Night” fueron, sin lugar a dudas, los momentos más álgidos del recital. Como dato de color, Biff mencionó que para octubre de este año esperan la salida de su nuevo álbum y aprovechó para quejarse de la iluminación del mítico B. B. King Bar por considerar que esas luces eran pobres para "La Gran Manzana" (puede que hayan sido algo tenues, pero desde abajo las bandas brillaron por cuenta propia).

Biff Byford
Llegó el momento de los bises y como no podía ser de otra forma, ejecutaron los súper clásicos “Wheels of Steel” y “Denim And Leather” para poner punto final a una noche redonda por donde se la mira, con mucha energía y para guardar por siempre en la memoria.

Por Guillermo González y Valeria Vizioli