sábado, 2 de enero de 2016

SAURON - Club V, Sábado 26.12.15


Sauron

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Sauron

Sauron se presentó el sábado 26 de diciembre en Club V en su última fecha del año. Fue una presentación bastante particular ya que no compartieron escenario con ninguna banda, dado que la idea era tocar una larga lista de temas abarcando toda su discografía, para lo cual además de las ganas y fuerza que caracterizan a la formación, se necesita tiempo.

La noche invitaba a tomar unos tragos y disfrutar de un buen recital, así que sin dudarlo fui a ver con mis propios ojos lo que ya presentía de antemano: un show que partiría cabezas. Calor y clima post-navideño mediante, la banda comandada por los hermanos Pato y J. B. Larralde salieron al escenario para meterse al público en el bolsillo.

Con un set list dividido en dos partes, la banda se encargó de transmitir adrenalina de la más pura en todo momento, sin altibajos. Muchos climas y pasajes oscuros estuvieron a cargo de la excelente base de Hernán Zicarelli en el bajo y Claudio Fazio en la batería, mientras el Pato cantaba y recordaba alguna que otra anécdota con una exquisita botella de Rutini en mano y J.B. acompañaba con sus notas tan precisas.

En cuanto a la selección de temas debo admitir que hubo para todos los gustos: desde las primerísimas épocas de Sauron (1997), pasando por El Color Que Cayó Del Cielo (2000), Sobrenatural (2003) y La Guerra Del Fuego (2009) hasta El Último Árbol Sobre La Tierra (2012).  

La crudeza de “Cruces”, la infaltable “Madura el limón”, “Solo lo malo”, “Niño lobo”, “Pastor de Glew” y “Los cuatro elementos”, por mencionar algunos, no hicieron más que hacer delirar a los allí presentes. Mucho pogo, mucha energía y una complicidad única con su público son elementos que jamás faltan en un show de Sauron, toquen solos, acompañados, hagan tres temas o veinte.

Para el que nunca los haya visto en vivo es una experiencia que recomiendo. Versátil, oscura, con tintes de doom y un profundo dejo al primer Black Sabbath con Ozzy, les aseguro que la banda en vivo no defrauda.

Por Valeria Vizioli