Fechas como estas sí que dan gusto presenciar. Cuánta euforia, cuánta riqueza musical, cuánta magia…
El Asbury fue la cuna de esta fiesta del heavy metal que contó con la presencia de bandas de diversos puntos del país para concluir con la visita internacional de Omen.
El puntapié inicial lo dio Malacara, dejándonos boquiabiertos durante media hora ante tanto despliegue de potencia y energía. Temas como “El Escorpión” y “El Mercader” dejaron vislumbrar a una banda llena de entusiasmo y con mucha garra. Ante todo me gustaría destacar la humildad del violero y cantante Jorge Chiossoni, quien se mostró muy agradecido con el público y con los organizadores de la fecha.
Luego, para el deleite de quienes saben apreciar el buen metal, se presentaron A.D.H.E.R. (banda oriunda de Tierra del Fuego), Overdriver (formación originaria de Misiones) y Extrema Unción (banda proveniente de Junín). Si bien cada una tiene un estilo muy marcado, todas aportaron ese tinte de guitarras estridentes y voces bien diferenciadas para dar un toque distintivo y personal a su formación. Con claras influencias de bandas como Pantera, Slayer y Black Sabbath, la gente los escuchó atentos y asintiendo con la cabeza, signo de total aprobación.
A.D.H.E.R. me dejó la impresión de una agrupación muy profesional, cuyo cantante tiene un gran carisma para establecer un vínculo tanto con sus compañeros como con el resto de la gente.
Con respecto a Overdriver, la banda sonó compacta y pese a desperfectos técnicos (que exceden la voluntad de los músicos) supo mantener el show bien en lo alto. Lo que más me llamó la atención fue la intro y el solo de Van Halen “Ain’t talkin’ ‘bout love”, tema que en lo personal (y en el aspecto musical) me parece excelente y es raro escucharlo en vivo, versionado por una banda nacional.
Por su parte, Extremaunción hizo temas con un sonido que me remite a los ‘90 y en los que también se podían apreciar algunos tintes de Black Sabbath. En definitiva, una buena combinación para paladares amplios.
Poco a poco la fecha llegaba a su punto cúlmine. Fue Montreal quien se encargó de dejar paso a la banda principal, no sin antes dejar a la multitud colmada de adrenalina. “Corte Final” fue el tema con el que la formación liderada por Gustavo Ruben se “compró” al público. Igualmente, tanto los clásicos como los temas que serán parte de su nuevo disco, colmaron la sed metalera de más de uno. Ejemplo de ello fueron “Adrenalina”, “El Convidado de Piedra” y “Angeles”, este último muy de medio tiempo y oscuro, dedicado a las víctimas de Cromagnon. El clímax lo dio “Heaven & Hell”, el clásico de la banda homónima que Montreal suele hacer en vivo enganchado de su tema “Entre el Bien y el Mal”. Aunque la sorpresa, quizá, fue el inesperado “Strong Arm of the Law”, tema de los británicos Saxón del año 1980. Después de unos inagotables 40 minutos de show, la despedida la anunció Claudio Vattino, el cantante, con el ya famoso “Rocker”, dando lugar a los aplausos y ovaciones finales para la banda.
El ambiente aún estaba caliente. Eran pasadas las 22 y el calor se sentía en cada rincón. Sin demasiado tiempo de espera, Omen, al mando del guitarrista Kenny Powell, se hizo presente en el escenario. Los aplausos fueron de agradecimiento, de dicha y sobre todo de alegría por la posibilidad de ver el show de esta leyenda del heavy metal por primera vez. La aparición de Erico “La Bestia” (nacido en Puerto Rico), invitado en las voces para la ocasión, cumplió su rol sin errores y manejó el show con mucha sutileza, haciendo partícipe a la gente que tanto ovacionaba a los Omen. En cuanto a lo musical, la base del grupo sonó bien sólida y compacta, destacándose el trabajo del bajista Scott Clute y la fuerza de la viola de Kenny. “Teeth of the hydra” y “Warning of Danger” fueron dos de los himnos de un demoledor set list.
En definitiva, estas horas de felicidad se las debemos a Fabián de La Torre (Metalica fanzine) y a Pocho (Hurling Metal). ¡Esperemos se vuelva a repetir!
El Asbury fue la cuna de esta fiesta del heavy metal que contó con la presencia de bandas de diversos puntos del país para concluir con la visita internacional de Omen.
El puntapié inicial lo dio Malacara, dejándonos boquiabiertos durante media hora ante tanto despliegue de potencia y energía. Temas como “El Escorpión” y “El Mercader” dejaron vislumbrar a una banda llena de entusiasmo y con mucha garra. Ante todo me gustaría destacar la humildad del violero y cantante Jorge Chiossoni, quien se mostró muy agradecido con el público y con los organizadores de la fecha.
Luego, para el deleite de quienes saben apreciar el buen metal, se presentaron A.D.H.E.R. (banda oriunda de Tierra del Fuego), Overdriver (formación originaria de Misiones) y Extrema Unción (banda proveniente de Junín). Si bien cada una tiene un estilo muy marcado, todas aportaron ese tinte de guitarras estridentes y voces bien diferenciadas para dar un toque distintivo y personal a su formación. Con claras influencias de bandas como Pantera, Slayer y Black Sabbath, la gente los escuchó atentos y asintiendo con la cabeza, signo de total aprobación.
A.D.H.E.R. me dejó la impresión de una agrupación muy profesional, cuyo cantante tiene un gran carisma para establecer un vínculo tanto con sus compañeros como con el resto de la gente.
Con respecto a Overdriver, la banda sonó compacta y pese a desperfectos técnicos (que exceden la voluntad de los músicos) supo mantener el show bien en lo alto. Lo que más me llamó la atención fue la intro y el solo de Van Halen “Ain’t talkin’ ‘bout love”, tema que en lo personal (y en el aspecto musical) me parece excelente y es raro escucharlo en vivo, versionado por una banda nacional.
Por su parte, Extremaunción hizo temas con un sonido que me remite a los ‘90 y en los que también se podían apreciar algunos tintes de Black Sabbath. En definitiva, una buena combinación para paladares amplios.
Poco a poco la fecha llegaba a su punto cúlmine. Fue Montreal quien se encargó de dejar paso a la banda principal, no sin antes dejar a la multitud colmada de adrenalina. “Corte Final” fue el tema con el que la formación liderada por Gustavo Ruben se “compró” al público. Igualmente, tanto los clásicos como los temas que serán parte de su nuevo disco, colmaron la sed metalera de más de uno. Ejemplo de ello fueron “Adrenalina”, “El Convidado de Piedra” y “Angeles”, este último muy de medio tiempo y oscuro, dedicado a las víctimas de Cromagnon. El clímax lo dio “Heaven & Hell”, el clásico de la banda homónima que Montreal suele hacer en vivo enganchado de su tema “Entre el Bien y el Mal”. Aunque la sorpresa, quizá, fue el inesperado “Strong Arm of the Law”, tema de los británicos Saxón del año 1980. Después de unos inagotables 40 minutos de show, la despedida la anunció Claudio Vattino, el cantante, con el ya famoso “Rocker”, dando lugar a los aplausos y ovaciones finales para la banda.
El ambiente aún estaba caliente. Eran pasadas las 22 y el calor se sentía en cada rincón. Sin demasiado tiempo de espera, Omen, al mando del guitarrista Kenny Powell, se hizo presente en el escenario. Los aplausos fueron de agradecimiento, de dicha y sobre todo de alegría por la posibilidad de ver el show de esta leyenda del heavy metal por primera vez. La aparición de Erico “La Bestia” (nacido en Puerto Rico), invitado en las voces para la ocasión, cumplió su rol sin errores y manejó el show con mucha sutileza, haciendo partícipe a la gente que tanto ovacionaba a los Omen. En cuanto a lo musical, la base del grupo sonó bien sólida y compacta, destacándose el trabajo del bajista Scott Clute y la fuerza de la viola de Kenny. “Teeth of the hydra” y “Warning of Danger” fueron dos de los himnos de un demoledor set list.
En definitiva, estas horas de felicidad se las debemos a Fabián de La Torre (Metalica fanzine) y a Pocho (Hurling Metal). ¡Esperemos se vuelva a repetir!
Por Valeria Vizioli
