- ¿Cómo fueron tus comienzos y cuáles fueron tus influencias a nivel musical?
- Desde chico me gustaba la guitarra, era como uno de mis juguetes preferidos, pero sin darme cuenta que algún día sería músico. Terminé la escuela primaria y la clase de música era para ir a joder, no me importaba para nada. Creo que los profesores de música de las escuelas nunca se interesaron que los alumnos fueran músicos en un futuro, solamente enseñaban lo básico y preparaban a la división para cantar en algún acto. Por supuesto que a los que tenían mejor voz los trataban 10 puntos y a los que no tenían voz o, sea yo, entre ellos, nos metían bien atrás para que no se nos escuche para nada, jajajajaja. Cuando arranqué el colegio secundario ya me empezó a picar el querer ser músico, había un par de locos que escuchaban Kiss, Deep Purple, y a mi también me gustaban. Mis influencias fueron The Beatles, Creedence, Deep Purple. Había un vecino que vivía en frente de mi casa que tocaba esas canciones y yo iba a la casa a verlo tocar esos temas. Tenía una guitarra criolla y una eléctrica con su amplificador, todo nacional, en ese entonces no había equipos importados, y de mirar empecé a aprender. Un día lo llama la madre y me dice: “teneme la viola que me llaman”. Me quedé duro de la emoción por tener la guitarra en la mano, no me animé a tocar una cuerda por temor a que se enojase o pensase que soy un zarpado. Que se yo, soy una persona que fui educada de esta manera y una de las cosas más importantes que aprendí es respetar a la gente. Luego esa guitarra criolla que él tenía me la vendió y gracias a un tío mío pude tenerla y arrancar como músico para nunca más dejar de serlo. Luego este muchacho se fue a hacer la colimba y conocí a Willy Caballero en una fábrica donde entramos a laburar y empezamos a escuchar muchas bandas, entre ellas Black Sabbath, que fue la que me rompió la cabeza y más me influenció para inclinarme a hacer este estilo de música toda una vida.
- ¿Cómo cambió tu manera de componer desde Cerbero hasta hoy?
- Siempre tuve bien claro que lo que quería hacer era heavy metal. En la época de Cerbero hacíamos black metal porque sentíamos esa necesidad, pero musicalmente éramos una banda dura de metal. Lo que definía que era black metal eran las letras oscuras. Siempre me gustaron esos riffs agresivos pero en los solos me gustaban las melodías. Creo que mis gustos no cambiaron demasiado y tampoco las composiciones, pero la gente me hizo ver que mis riffs eran para poguear a full y mis melodías eran cantables. Eso me gustó mucho porque veía cómo la gente participaba en cada canción, en la época de Hermética me estoy refiriendo. Entonces comencé a componer también pensando en que no sólo me gusten a mí las canciones sino que la gente también pueda participar en vivo. Es como soñar lo que puede llegar a pasar cuando toquemos estos temas en un show, y la verdad es que tuve la suerte de cumplir muchos de estos sueños y es un placer único.
- ¿Con qué disco de Hermética te sentís más identificado?
- Con todos los discos, tanto de Hermética, Malón, Visceral y Razones Concientes. Cada disco tiene muchas canciones, y en cada canción pongo toda la pasión y el sentimiento.
- Después de los shows conmemorando tus 25 años en la música, tu carrera se ha consolidado definitivamente. ¿Qué significa ser un ícono para los amantes del metal argentino?
- Soy un laburante como cualquier persona. Elegí el camino de la música, es un camino difícil aunque no parezca. Hay que dejar muchas cosas de lado para ser músico, de esta forma que yo quise ser.
Creo que está bueno que se reconozca el esfuerzo y la perseverancia. Estoy orgulloso de poder decir “jamás dejé de hacer heavy metal”, todo lo hice con el corazón y con mucho esfuerzo. Nunca necesité hablar mal de nadie, apartarme de este estilo musical, ni cagar a nadie para lograr este respeto de la gente. Es por eso que puedo andar tranquilo por la calle, ir a cualquier show y seguramente donde me cruce con un metalero o cualquier persona, siempre existirá un respeto.
Creo que no es un mal ejemplo.
- ¿Cómo fue volver a juntarte con tus viejos compañeros de ruta de Malón?
Ya hacía 13 años que Malón no tocaba, al menos con esta formación. Pero siempre estaban presentes recuerdos, en conversaciones con amigos, o en los recitales siempre venían pibes a preguntar para cuándo vuelve Malón o Hermética. Eso hacía que uno tenga ganas de volver a vivir esos momentos nuevamente, pero faltaba alguien que se encargara de juntarnos, hasta que llegó Ariel Vigo de Volumen 4 con una muy buena propuesta que hizo que nos juntáramos. Ese momento fue mágico y muy emotivo. A todos se nos cruzaron muchas cosas vividas y a la vez en la charla se generaban nuevas sensaciones que hicieron que decidamos volver. Estamos muy contentos de volver con Malón y más aún por lo que generó esta vuelta en la gente. Todos sabemos que con tantas bandas extranjeras que vienen de afuera la cosa está muy difícil para las bandas nacionales. Pro a unes de la fecha, Malón ya agotó las entradas de un estadio para 7500 personas. Es la primera banda de metal argentino en lograr esto, estamos muy felices por este logro, porque va a ser muy bueno no sólo para Malón, sino para toda la movida metalera nacional.
- ¿Qué proyectos tenés a nivel musical más allá de esta reunión con Malón?
- Hay algo que dejamos bien en claro, que cada uno va a seguir con sus bandas. Mi idea es seguir tocando por el país, hay muchos lugares a los que todavía no fuimos a disfrutar de estas canciones con la gente. La idea con Malón es hacer shows grandes en ciudades que cuenten con los requisitos que la banda necesita para convocar la gente de ciudades y pueblos más chicos y nos concentremos todos en un mismo lugar. Y a esas ciudades y pueblos que con Malón no lleguemos, vamos a ir con nuestras bandas. Yo con Tano Romano, Claudio con O’Connor, Pato con Candente. También la idea es para este año que viene sacar un disco con nuevas composiciones como Tano Romano.
Les agradezco mucho por esta nota y les deseo que tengan muy felices fiestas y un excelente 2012.
Un fuerte abrazo.
“Tano Romano”
- Desde chico me gustaba la guitarra, era como uno de mis juguetes preferidos, pero sin darme cuenta que algún día sería músico. Terminé la escuela primaria y la clase de música era para ir a joder, no me importaba para nada. Creo que los profesores de música de las escuelas nunca se interesaron que los alumnos fueran músicos en un futuro, solamente enseñaban lo básico y preparaban a la división para cantar en algún acto. Por supuesto que a los que tenían mejor voz los trataban 10 puntos y a los que no tenían voz o, sea yo, entre ellos, nos metían bien atrás para que no se nos escuche para nada, jajajajaja. Cuando arranqué el colegio secundario ya me empezó a picar el querer ser músico, había un par de locos que escuchaban Kiss, Deep Purple, y a mi también me gustaban. Mis influencias fueron The Beatles, Creedence, Deep Purple. Había un vecino que vivía en frente de mi casa que tocaba esas canciones y yo iba a la casa a verlo tocar esos temas. Tenía una guitarra criolla y una eléctrica con su amplificador, todo nacional, en ese entonces no había equipos importados, y de mirar empecé a aprender. Un día lo llama la madre y me dice: “teneme la viola que me llaman”. Me quedé duro de la emoción por tener la guitarra en la mano, no me animé a tocar una cuerda por temor a que se enojase o pensase que soy un zarpado. Que se yo, soy una persona que fui educada de esta manera y una de las cosas más importantes que aprendí es respetar a la gente. Luego esa guitarra criolla que él tenía me la vendió y gracias a un tío mío pude tenerla y arrancar como músico para nunca más dejar de serlo. Luego este muchacho se fue a hacer la colimba y conocí a Willy Caballero en una fábrica donde entramos a laburar y empezamos a escuchar muchas bandas, entre ellas Black Sabbath, que fue la que me rompió la cabeza y más me influenció para inclinarme a hacer este estilo de música toda una vida.
- ¿Cómo cambió tu manera de componer desde Cerbero hasta hoy?
- Siempre tuve bien claro que lo que quería hacer era heavy metal. En la época de Cerbero hacíamos black metal porque sentíamos esa necesidad, pero musicalmente éramos una banda dura de metal. Lo que definía que era black metal eran las letras oscuras. Siempre me gustaron esos riffs agresivos pero en los solos me gustaban las melodías. Creo que mis gustos no cambiaron demasiado y tampoco las composiciones, pero la gente me hizo ver que mis riffs eran para poguear a full y mis melodías eran cantables. Eso me gustó mucho porque veía cómo la gente participaba en cada canción, en la época de Hermética me estoy refiriendo. Entonces comencé a componer también pensando en que no sólo me gusten a mí las canciones sino que la gente también pueda participar en vivo. Es como soñar lo que puede llegar a pasar cuando toquemos estos temas en un show, y la verdad es que tuve la suerte de cumplir muchos de estos sueños y es un placer único.
- ¿Con qué disco de Hermética te sentís más identificado?
- Con todos los discos, tanto de Hermética, Malón, Visceral y Razones Concientes. Cada disco tiene muchas canciones, y en cada canción pongo toda la pasión y el sentimiento.
- Después de los shows conmemorando tus 25 años en la música, tu carrera se ha consolidado definitivamente. ¿Qué significa ser un ícono para los amantes del metal argentino?
- Soy un laburante como cualquier persona. Elegí el camino de la música, es un camino difícil aunque no parezca. Hay que dejar muchas cosas de lado para ser músico, de esta forma que yo quise ser.
Creo que está bueno que se reconozca el esfuerzo y la perseverancia. Estoy orgulloso de poder decir “jamás dejé de hacer heavy metal”, todo lo hice con el corazón y con mucho esfuerzo. Nunca necesité hablar mal de nadie, apartarme de este estilo musical, ni cagar a nadie para lograr este respeto de la gente. Es por eso que puedo andar tranquilo por la calle, ir a cualquier show y seguramente donde me cruce con un metalero o cualquier persona, siempre existirá un respeto.
Creo que no es un mal ejemplo.
- ¿Cómo fue volver a juntarte con tus viejos compañeros de ruta de Malón?
Ya hacía 13 años que Malón no tocaba, al menos con esta formación. Pero siempre estaban presentes recuerdos, en conversaciones con amigos, o en los recitales siempre venían pibes a preguntar para cuándo vuelve Malón o Hermética. Eso hacía que uno tenga ganas de volver a vivir esos momentos nuevamente, pero faltaba alguien que se encargara de juntarnos, hasta que llegó Ariel Vigo de Volumen 4 con una muy buena propuesta que hizo que nos juntáramos. Ese momento fue mágico y muy emotivo. A todos se nos cruzaron muchas cosas vividas y a la vez en la charla se generaban nuevas sensaciones que hicieron que decidamos volver. Estamos muy contentos de volver con Malón y más aún por lo que generó esta vuelta en la gente. Todos sabemos que con tantas bandas extranjeras que vienen de afuera la cosa está muy difícil para las bandas nacionales. Pro a unes de la fecha, Malón ya agotó las entradas de un estadio para 7500 personas. Es la primera banda de metal argentino en lograr esto, estamos muy felices por este logro, porque va a ser muy bueno no sólo para Malón, sino para toda la movida metalera nacional.
- ¿Qué proyectos tenés a nivel musical más allá de esta reunión con Malón?
- Hay algo que dejamos bien en claro, que cada uno va a seguir con sus bandas. Mi idea es seguir tocando por el país, hay muchos lugares a los que todavía no fuimos a disfrutar de estas canciones con la gente. La idea con Malón es hacer shows grandes en ciudades que cuenten con los requisitos que la banda necesita para convocar la gente de ciudades y pueblos más chicos y nos concentremos todos en un mismo lugar. Y a esas ciudades y pueblos que con Malón no lleguemos, vamos a ir con nuestras bandas. Yo con Tano Romano, Claudio con O’Connor, Pato con Candente. También la idea es para este año que viene sacar un disco con nuevas composiciones como Tano Romano.
Les agradezco mucho por esta nota y les deseo que tengan muy felices fiestas y un excelente 2012.
Un fuerte abrazo.
“Tano Romano”
Por Valeria Vizioli
Foto: Andrés Violante
Foto: Andrés Violante
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