Muchas
veces nos resulta complicado poner en palabras aquellas sensaciones que nos
provocan las diversas situaciones, experiencias e incluso los momentos más
pequeños que nos tocan vivir. Y algo similar es lo que nos pasó cuando
ingresamos al Teatro Vorterix el sábado pasado para degustar el show de una de
las bandas más exquisitas que nos regaló Buenos Aires.
Con
la excusa de ser parte de la grabación del DVD de Helker, nos hicimos presentes
en el barrio de Colegiales para disfrutar de mucho hard rock y heavy metal del
bueno. Y, afortunadamente, eso fue lo que pasó. Desde las 18:30, hora en que se
abrieron las puertas, el lugar se fue empezando a poblar con ganas mientras la
cámara grúa ya estaba ahí dispuesta a registrar todo lo que iba a suceder.
Ironía
fue la primer banda convocada. Comenzó a sonar a las 19 con un público modesto
pero no por eso menos dispuesto, robándose la escena desde el primer acorde. Su
propuesta consistió en presentar varios temas de su reciente producción Hate State a los que se le sumaron algunos
covers, como por ejemplo el clásico “Wasted years”, de Iron Maiden.
Poco
después de las 20 llegó el turno de Wotan para arremeter con un hard rock de
excelencia y a prueba de balas. Esta banda formada a fines del 2010 reúne a Iván
Iñiguez (guitarra), Marcelo Pájaro (bajo), Rodrigo Chaparro (batería) y el
maravilloso Emmanuel Gerbam (voz), quien también aporta sus talentosas dotes
vocales en 9 Mares y Jason. Ejecutaron varios temas propios y algún que otro
cover, y la energía que transmitieron en escena fue caldeando el ambiente que
ya estaba a punto caramelo para disfrutar el plato principal. La ansiedad
desbordaba el recinto, que para ese entonces ya estaba colmado casi en su
totalidad.
A las 21, Helker salió al escenario con una
puntualidad digna de ser cronometrada. El Teatro estaba lleno de fans ansiosos
no sólo por escuchar buena música y ver un gran recital en vivo, sino por la
expectativa generada a raíz de la grabación del primer DVD de la banda.
El telón se abrió lentamente, las luces cobraron vida propia y de las manos de Mariano Ríos (guitarra), Christian Abarca (bajo), Leonardo Aristu (guitarra) y Hernán Coronel (batería), los primeros acordes empezaron a sonar con la potencia y calidad que caracteriza a Helker cada vez que sale a dar batalla.
A los pocos minutos y para terminar de dar el toque final se incorporaría Diego Valdéz con su inigualable voz. Podemos afirmar que a partir de ese momento la fiesta había comenzado. En el ambiente se respiraba un clima de felicidad y alegría digno de destacar, una mística y buena vibra bastante difícil de explicar a través de estas pocas líneas.
Lo cierto es que Helker hizo saltar y poguear a
todo el Teatro porque esa energía única que lograron transmitir en todo
momento, sumado al incomparable virtuosismo de cada uno de sus integrantes, son
cualidades difíciles de combinar. Diego Valdez se mostró muy complaciente con
los allí presentes; alzó la voz y, en nombre de sus compañeros, agradeció a
todos los que decidimos formar parte de ese momento único que quedará grabado
no sólo en el DVD sino también en nuestros recuerdos.
Si continuamos mencionando los momentos más
álgidos del show, no podemos pasar por alto aquel instante en que Valdez se
puso en la piel de Freddie Mercury para entonar un fragmento de “Bohemian
Rhapsody”, glorioso himno de Queen. También fue memorable la presencia de tres
niños sobre el escenario, quienes con una sonrisa de oreja a oreja, subieron ya
casi al final del recital para cantar un tema junto a la banda.
Luego de casi dos horas a puro metal la fiesta
iba llegando a su fin. Para documentar lo que fue un desenlace más que
satisfactorio y, seguramente, uno de los mejores recuerdos, la banda giró de
espaldas a sus fans para que los fotógrafos se dispusieran a sacarles algunas
fotos panorámicas.
En resumidas cuentas, Helker promete. Y mucho.
Ahora nos queda esperar el lanzamiento del DVD. Mientras tanto seguiremos
disfrutando de En Algún Lugar del Círculo
y de este increíble show que nos quedará grabado a fuego.
Por Mariana Weingast y
Valeria Vizioli
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