Eran alrededor de las 20:45 cuando nos disponíamos a entrar al
Estadio. Había mucha, muchísima gente todavía en las inmediaciones del
Luna Park, pero a esa altura de la noche el grueso de los fans ya estaba
adentro.
El debut de Alice in Chains en la Argentina
no era un hecho menor si tenemos en cuenta que la banda ya lleva más de
20 años de historia y tiene editada una vasta discografía, suficiente
para deleitar con cada uno de sus trabajos a todos sus seguidores.
A
las 21, tal como estaba anunciado, el cuarteto comandado por Jerry
Cantrell arremetió con los primeros acordes de “Them Bones” y un recinto
entero pareció venirse abajo ante tal esperado momento. Acto seguido,
fuimos deslumbrados con “Dam That River”, para ir palpitando lo que
sería el resto del show. Este comienzo con los dos primeros temas de Dirt (1992), su segundo álbum de estudio, encendió a la audiencia por completo.
El
cantante William Duvall, quien reemplaza al entrañable Layne Staley
desde 2005, pudo conquistar al público tanto por su agudeza vocal como
por su carisma. Uno de los comentarios de la noche giró alrededor de su
gran parecido físico a Lenny Kravitz, pero sin dudas el aspecto que más
nos llamó la atención fue la increíble similitud entre su voz y la de su
antecesor. Era cuestión de cerrar los ojos unos instantes para
imaginarse a Staley cantando entre nosotros, y esto es algo que no
muchos pueden lograr.
“Hollow”, de su más reciente trabajo The Devil Put Dinosaurs Here (2013) y “Check my Brain”, de su placa anterior Black Gives Way To Blue (2009),
fueron las elegidas para continuar con el setlist. Cuatro temas fueron
suficientes para poder apreciar la ajustada performance de los músicos,
quienes ejecutaron un tema tras otro con la mayor soltura y destreza que
podamos imaginar.
Cambio de guitarras
mediante, pudimos disfrutar de Cantrell en las voces y de Duvall
acompañándolo en la segunda viola, con una sólida base de batería y bajo
a cargo de Sean Kinney y Mike Inez, respectivamente. En este punto cabe
aclarar que Inez ingresó a Alice in Chains como consecuencia del
fallecimiento de Mike Starr.
El show continuó de la
mano de “Again”, “Man in the Box”, “Got Me Wrong”, “Phantom Limb” y
“Stone”, alternando entre clásicos y aquellos de su última producción
discográfica. Pero sin lugar a dudas, uno de los momentos más álgidos de
la noche estuvo a cargo de “No Excuses”, tema cantado, coreado y
festejado por todos, y con el que incluso más de un mortal dejó caer una
lágrima.
Alice in Chains tocó las últimas cuatro
piezas antes de los bises: “It Ain’t Like That”, “Nutshell”, “God Am” y
“Junkhead”. Se ausentaron del escenario por unos minutos para dar un
cierre a todo trapo con “Down in a Hole”, “Would” y “Rooster”, el mejor
final que podíamos esperar.
Pero a pesar de esa
catarata de temas, nos quedamos con ganas de más. Fue un recital, a mi
criterio, un tanto corto, de apenas una hora y media, sobre todo
teniendo en cuenta que es la primera vez que la banda nos visita.
Hubiese estado interesante escuchar en vivo tantos otros clásicos como
“Love, Hate, Love”, “Put You Down”, “Bleed the Freak”, “Hate to Feel”,
“Angry Chair” o “Heaven Beside You”, por mencionar algunos.
Igualmente
no hubo demasiado lugar para los reclamos. Las quejas quedaron
matizadas ante una velada de primer nivel. El paso de Alice in Chains
por Buenos Aires fue tal como lo imaginamos: una máquina de energía y
potencia que nos dejó boquiabiertos de principio a fin. Ahora sólo nos
queda esperar que vuelvan pronto, tal como Cantrell prometió.
Por Valeria Vizioli
EXCELENTE RESEÑA!
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