miércoles, 31 de diciembre de 2014

TRIDDANA, ROXY LIVE 20.12.14


Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana

Triddana
Triddana


El sábado 20 de diciembre fui cordialmente acreditada para cubrir el show de Triddana. Salí del programa de radio como habitualmente hago todos los sábados, pasé por casa, me cambié y me fui casi literalmente corriendo al Roxy. Lamentablemente por cuestiones de tiempo no llegué a ver a Charger X, la banda encargada de abrir la fecha.

Pasadas las 21:30 Diego Valdez (voz), Juan José Fornés (guitarra), Diego Rodríguez (bajo), Pablo Allen (gaita) y Ranz (batería) se presentaron ante un recinto colmado de espectadores ansiosos por escuchar su folk metal de primerísimo nivel. Para ir aclimatándonos, de fondo nos deleitaron con un fragmento del tema musical de la serie “Game of Thrones” interpretado por ellos mismos.

Enropados con sus clásicos kilts, instrumentos en mano y maquillados para la ocasión, el telón se abrió para dar comienzo a un show que sería por demás arrollador. De la mano de “Becoming”, tema que formará parte del segundo disco de la banda titulado “The Power & The Will”, la gente empezó a mover las cabezas y a poguear. 

Diego Valdéz estaba afiladísimo y la energía fluía tan naturalmente entre los miembros de la banda que sin dudas fueron un plus a la hora de contentar al público. Ingredientes como profesionalidad, manejo de la escena y carisma, ya son moneda corriente en esta formación.

“Spoke the Firefly”, “Fast and Wild”, “The Dead End Verse” y “All Souls Night” fueron las elegidas para continuar con el repertorio. Como dato de color, en un determinado momento se escuchó una voz masculina pidiéndole a Valdéz que interpretase un tema del inolvidable Ronnie James Dio, con lo cual también fuimos testigos del gran caudal de voz de este frontman entonando un potente fragmento de quien fuera cantante de Heaven & Hell.

“Death Blow”, “Galloping Shadows”, “Gone With The River”, “Echo Through The Days”, “Men Of Clay”, “The Mighty In My Blood” y “The Wicked Wheel” se sucedieron una tras otra, dejando en claro que Triddana es una aplanadora arriba del escenario. Incluso ejecutando un tema medio tiempo con guitarra acústica, como es el caso del infaltable “Born In The Dark Age”.

Entre ovaciones y aplausos el recital iba llegando a su fin. Presentaron “When The Enemy’s Close”, otro tema incluido en su segundo álbum de estudio y, finalmente, bajaron el telón con “The Beginning” y “Faking A War”, de “Ripe For Rebellion”.

Como ya es costumbre, no faltó la clásica foto de los músicos de espaldas al escenario con su público detrás. Y por supuesto, hubo reparto de púas y palillos de batería como forma de agradecimiento.

En pocas palabras, Triddana puso toda la carne sobre el asador. Para quien nunca los vio en vivo es una experiencia que recomiendo, no sólo por gusto personal sino por su originalidad e impronta que la hacen única en su estilo. 


Por Valeria Vizioli

jueves, 25 de diciembre de 2014

STRYPER - IAN - BOANERGES en el Teatro Vorterix 10.12.14

Boanerges

Ian

Ian

Stryper

Stryper


Llegué temprano al Teatro Vorterix y me dispuse a ver a una de las grandes bandas que tiene el metal local. Puede gustarte o no su mensaje, pero (como vengo sosteniendo desde hace años) tiene una de las mejores performance, un sonido de calidad y excelentes discos, al igual que otras bandas cristianas.

Boanerges, con tres álbumes en su extensa carrera, encendió el fuego a la hora pactada con “Poder Soberano”, “Nada Ni Nadie” y “Date Una Oportunidad” (los tres de su primera placa “Señales Antes Del Fin” de 1988). Durante el show mostraron una sólida pared con el mentor de la banda, Marcelo Rodríguez en el bajo y Esteban Castellano, el nuevo baterista.

Siguieron desplegando su arte con el clásico “Héroes En Soledad” (de su segunda placa Ep “Más Allá Del Umbral” de 2002), en el cual los guitarristas Diego Vera y Damián Guzmán nos permitieron apreciar su alta calidad musical.

A continuación fue el turno de “Boanerges” (Hijos Del Trueno, según la Biblia) de su primera placa, y luego arremetieron con “Recobra El Fuego”, un tema nuevo en el que Gabriela Sepúlveda dejó más que claro porqué es una de las mejores cantantes de la escena.

Para el cierre, ya con las instalaciones del Teatro colmadas, sonó “Salmo 96”, otro clásico de su primera placa, cantado y ovacionado por los fans. Fue un excelente año para esta gran banda de White Metal Cristiano y no en vano son la N° 1 en su estilo. Más tarde Gabriela Sepúlveda cumpliría su sueño de cantar junto a Stryper, pero ese es otro capítulo….

Por Gabriel Columbus

El telón se cerró para dar lugar a otra gran banda de la escena nacional. Mario Ian y compañía se presentaron con Ian, la formación comandada por la voz de este increible hombre que lleva más de 30 años al servicio del metal. Con José Velocet en guitarra, Germán García en bajo y Leo Dobao en batería, completando la formación, estuvimos ante la presencia de una banda más que sólida, aguerrida y con muchísima actitud arriba del escenario.

En cuanto a los temas elegidos para la ocasión pudimos disfrutar de “Nuevo Orden”, “No Me Desangraré”, “Latinoamérica” y “Nunca Dejaré”, entre otros.  Después de haberlos visto y escuchado en vivo, una vez más, si alguna mínima duda me quedaba aún acerca de la calidad de esta banda, se me despejó al instante.

Para culminar este impecable show sonó “Bajo Control” un tema interpretado por Ian en su paso por otra mítica banda, Rata Blanca. El público los aplaudió de pie, como se merecen, y Mario se mostró muy agradecido tanto con sus seguidores como con el sello Icarus por haberlo invitado a participar de la fecha.

El plato principal ya era un hecho. Faltaban minutos para ver a Stryper, cuando de pronto se anuncia desde el escenario que el show que brindarían los músicos sería atípico, dado que Michael Sweet se encontraba con problemas vocales, con lo cual no iba a poder hacer de las suyas frente al micrófono.

Si bien la noticia fue un tanto impactante, los cuatro californianos se presentaron ante un público que los aclamaba fervorosamente, dejando en claro que eran capaces de sortear cualquier imprevisto. Michael Sweet tocó la guitarra y se limitó a hacer los coros, en tanto que Oz Fox además de hacer sonar la viola se hizo cargo de las voces. Completaron la formación Tim Gaines en bajo y Robert Sweet en batería, conformando de esta manera una base sólida y contundente.

Tocaron temas de su último trabajo “No More Hell To Pay” (2013), como así también de sus antecesores. Aunque no pudimos escuchar la particular voz de Michael, debo reconocer que Fox hizo un más que memorable trabajo en el micrófono.

Canciones como “Loud ‘N Clear”, “The Rock That Makes Me Roll”, “Calling To You”, “In God We Trust” y “Reach Out” fueron algunas de las que sonaron entre púas y biblias arrojadas a la audiencia. El show no tuvo respiro, los temas sonaron uno detrás del otro cual relojito suizo y hubo algunas sorpresas.

Tanto Mario Ian como Gabriela Sepúlveda se subieron a cantar con Stryper: el primero interpretando el clásico “Breaking The Law” de Judas Priest, la segunda entonando “Soldier Under Command”. Y por si fuera poco también tuvimos la oportunidad de escuchar a los americanos haciendo el gran cover de Kiss “Shout It Out Loud”. Mención aparte merece la balada “Honestly”, íntegramente cantada por Michael y el único tema en el que pudimos apreciar todo su caudal vocal.

Hora y media “al palo” fue el saldo que nos dejó el show que, si bien tuvo este inconveniente con su frontman, lejos de suspender o posponer la fecha, se hicieron cargo de la situación y brindaron un más que digno espectáculo.

Por Valeria Vizioli

miércoles, 10 de diciembre de 2014

ICARUS MUSIC FESTIVAL - Teatro Flores, 02.12.14

Gotthard

Gotthard

Gotthard

Gotthard

Hammerfall

Hammerfall

Hammerfall

Edguy

Edguy

Edguy  


El pasado 2 de diciembre en el Teatro de Flores tuvimos la posibilidad de presenciar esta increíble fecha a puro power metal en manos de Gotthard, Hammerfall y Edguy.

Como todos sabemos para un periodista escribir es algo común, cotidiano, no tiene nada de novedoso. Sin embargo, a veces, los hechos a describir pueden motivarnos más que otros o resultarnos en algún que otro punto un tanto desafiantes. Esto último es precisamente lo que me sucede al momento de redactar sobre el Icarus Music Festival y, honestamente, creo encontrarme ante una de esas situaciones en las que no sé muy bien por dónde empezar. Como también es ley, las crónicas y reseñas suelen comenzarse por el principio, así que intentaré abordar esta fecha en orden lineal y cronológico.

En medio de una templada y agitada jornada en la ciudad de Buenos Aires, pasadas las 19 horas logré llegar al Teatro. Mientras viajaba en el colectivo tenía la sensación de que el tránsito fluía al ritmo de un lento goteo, contrarrestando el inexorable avance de las agujas del reloj a pasos agigantados.

Ingresé al recinto poco antes de que arrancara la primer banda de esta velada tan prometedora. Los encargados de abrir la fecha fueron los suizos de Gotthard, quienes salieron al escenario alrededor de las 19:15 horas en medio de un Teatro que, si bien no se encontraba lleno en su totalidad, se iba colmando de gente con el transcurrir de los minutos.

Nic Maeder en voz, Leo Leoni y Freddy Scherer en guitarra, Marc Lynn en bajo y Hena Habegger en batería le imprimieron su impronta a la noche, calentando motores con un hard rock de primerísimo nivel. Sonido contundente, carisma a flor de piel y un constante feedback con el público fueron algunos de los detalles que no quisiera pasar por alto con respecto a estos virtuosos.

En cuanto a su música podría gastar unas cuantas plumas y tinteros hablando de ella, pero me voy a remitir a destacar que los suizos vienen pisando fuerte en la escena y cada paso que dan es una clara muestra de su consolidación como formación, sobre todo teniendo en cuenta que después del 2010 debieron rearmarse debido al fallecimiento de Steve Lee, su líder vocal.

Tocaron aproximadamente una hora y en el set list incluyeron tanto temas de “Bang!”, su último trabajo discográfico, como de sus placas anteriores. Algunas de las perlas con las que nos deleitaron fueron: “Right On”, “Feel What I Feel”, “Remember It’s Me” y “Anytime, Anywhere”. La banda se llevó todos los aplausos, incluso de aquellos que se aprontaron al Teatro para ver a alguna de las otras formaciones. Pulgar arriba para Gotthard que, como dato de color, arrojó un par de púas al público e hizo acreedora de una de ellas a un conocido con quien compartí, en parte, el evento.

El telón se cerró y la pausa prevista entre banda y banda demoró un poco más de lo previsto, con lo cual si bien el segundo plato de la noche estaba anunciado para las 20:35 horas, Hammerfall salió al escenario ya bastante pasadas las 21:15.

Los suecos comandados por Joacim Cans salieron al escenario marcando una fuerte presencia. Con camperas de cuero, tachas y unos riffs demoledores en las guitarras de Oscar Dronjak y Pontus Norgren el mensaje fue más que claro: “acá estamos para volarles la cabeza”. Y efectivamente, así fue.

La propuesta musical de Hammerfall (mezcla de power metal con metal clásico) tuvo una excelente acogida por parte de los presentes. Quizá ofició como la banda “puente” entre Gotthard y Edguy y no fue casual que haya sido la segunda en orden de aparición.

Tocaron tanto temas de (r)Evolution, su último trabajo recién editado, como de sus antecesores. Como parte de su set list ejecutaron “Renegade”, “Let The Hammer Fall”, “Templars Of Steel” y el ovacionado “Hearts on Fire” de su glorioso álbum Crimson Thunder, entre otros.

Se despidieron con la frente en alto y fueron aplaudidos desde todos los rincones del Teatro. De más está decir que arriba del escenario estos oriundos de Gotemburgo son una verdadera aplanadora.

El telón se cerró nuevamente y mientras esperábamos el plato principal nos encontramos con una grata sorpresa: la firma de autógrafos de los músicos de Gotthard. Tachas Fanzine en mano y cámara de fotos lista fueron los dos elementos que me facilitaron inmortalizar aquella exquisita velada. Los suizos se mostraron complacientes con cada uno que se acercaba a tenderles una mano y en búsqueda de sus tan ansiados autógrafos. Otra muestra más de lo que yo llamo la humildad de la grandeza.

Tanta era la adrenalina que costaba reincorporarse, pero había llegado la hora de disfrutar de Edguy y su clásico y aguerrido power metal. Con mi Tachas fanzine firmado, una sonrisa a flor de piel y un par de fotos con Maeder, Lynn y compañía, me fui acercando al escenario.

A esa altura ni me percaté de la hora. Probablemente eran más de las 22:30, aunque tampoco me importaba demasiado porque estaba de punto de ver el momento más álgido de la noche: al gran Tobbias Sammet, un verdadero showman y compositor, de esos cuya presencia jamás pasa desapercibida.

Edguy se comió el escenario e hizo vibrar hasta la última columna del Teatro. En el ambiente se percibía mucha energía y buena vibra y sobre todo muchas ganas de verlos nuevamente (tocaron en Buenos Aires hace poco más de dos años).

Personalmente creo que los alemanes suenan muy prolijos en vivo, tienen un excelente manejo de la escena y una más que vasta experiencia en cómo encarar los shows. En esta ocasión, además de sus clásicos, nos presentaron tres nuevos temas de Space Police, su último disco editado oficialmente el 18 de abril de este año: el tema que da nombre al disco, “Love Tyger” y “Defenders Of The Crown”.

En cuanto al resto del set list los que más disfruté fueron “King Of Fools” y “Tears Of A Mandrake”, dos gemas poderosas, con un ritmo brutal que te deja sediento y con ganas de seguir escuchando a esta tremenda banda. 

Lamentablemente todo llega a su fin (lo bueno también), y a las 12 en punto Edguy se despidió de nosotros. Hubo un derroche de aplausos mientras las luces se encendían para indicarnos que ya era la hora de partir. Puedo equivocarme, pero creo que todas las ovaciones del final, además de estar dirigidas a la banda que cerró el Icarus Music Festival, también fueron en parte un agradecimiento por las otras dos formaciones y por la magia que tuvieron los tres shows en su conjunto.

Comentario aparte merece la organización de este evento que estuvo cuidado en todos sus aspectos, desde la logística, el ingreso de la gente al recinto y los stands con venta de merchandising. En pocas palabras, la fecha colmó y superó mis expectativas.

Por Valeria Vizioli